Los hay que tienen el corazón grande, los hay que lo tienen muy pequeño… y finalmente estamos aquellos que simplemente carecemos de uno. Nos llaman los Descorazonados y vivimos en las tierras frías del Norte, donde la sangre helada de nuestras venas no necesita corazón que la bombee. Vosotros, que creeis que vivís en un mundo tan distinto y distante al nuestro, pensareis que esto es un mero cuento para dormir a los niños. Abrid los ojos que hay en vuestro interior y aceptad que el mundo no gira en torno a vosotros, pequeños e insignificantes seres egocéntricos. Sabed de una vez por todas que vuestro mundo tuvo origen en el nuestro. Escuchad y aprended.
Según cuentan las leyendas, nuestro mundo estaba habitado por cuatro pueblos enfrentados por largos siglos de guerras: los Descorazonados del Norte, los Hombres Sin Estómago del Sur, las Damas Descerebradas del Este y las Viejas Menopáusicas del Oeste. Llevaban tanto tiempo peleando entre sí que ya ni recordaban qué había podido originar aquella interminable guerra. Algunos incluso empezaron a cansarse de tanta batalla cruenta y decidieron retirarse a los vastos desiertos meridionales. Hasta allí llegaron habitantes de todos los puntos cardinales e intentaron construir una nueva civilización en la que imperase la paz y la concordia. Estaban gobernados por un rey al que llamaban El Cabezón, que destacaba por su gran sabiduría. Fue precisamente aquí donde nació esa aberración llamada "ser humano", un ser completo al que no le faltaba ningún órgano y que por ello estaba destinado a gobernar sobre todos los demás. Cuando los pueblos del Norte, Sur, Este y Oeste se enteraron de la noticia, decidieron aunar fuerzas para acabar con su existencia. De modo que arremetieron contra el Rey Cabezón y su reinado, que dejó de ser un sitio pacífico alejado de las guerras. Los sabios del lugar, a sabiendas del valor que tenía el ser humano, decidieron meter a varios especímenes en una cápsula espacial y enviarlos lejos, hacia otra galaxia en la que había un pequeño planeta llamado Tierra. La despedida fue de un gran dramatismo, puesto que los humanos no querían marcharse, pero los sabios no dudaron en lanzar la cápsula, puesto que de todos era sabido que en nuestro mundo estaban condenados a la muerte.
Así es como llegaron los primeros humanos a la Tierra, donde desde entonces se han multiplicado hasta convertirse en amos y señores del planeta. Sin embargo, nunca hemos dejado de estar interesados por vuestra evolución como especie, de modo, que os hacemos visitas frecuentes en nuestros platillos. Nos llamais objetos volantes no identificados, pero sabed que no somos extraños. Somos seres pacíficos provenientes de un mundo donde ya hace siglos que las guerras terminaron. Ahora ya son sólo cosa de los terrícolas.
4 comentarios:
Este dibu esta inspirado en el video de Roger Sanchez - "Another Change"
http://es.youtube.com/watch?v=YQKegElRAcA
Muchas veces me siento como la prota. Si, que pasa! ¡Ese es mi corazón!
Ah, Alex! Este dibu sí que me encanta!!!
Los hay que tienen el corazón grande, los hay que lo tienen muy pequeño… y finalmente estamos aquellos que simplemente carecemos de uno. Nos llaman los Descorazonados y vivimos en las tierras frías del Norte, donde la sangre helada de nuestras venas no necesita corazón que la bombee. Vosotros, que creeis que vivís en un mundo tan distinto y distante al nuestro, pensareis que esto es un mero cuento para dormir a los niños. Abrid los ojos que hay en vuestro interior y aceptad que el mundo no gira en torno a vosotros, pequeños e insignificantes seres egocéntricos. Sabed de una vez por todas que vuestro mundo tuvo origen en el nuestro. Escuchad y aprended.
Según cuentan las leyendas, nuestro mundo estaba habitado por cuatro pueblos enfrentados por largos siglos de guerras: los Descorazonados del Norte, los Hombres Sin Estómago del Sur, las Damas Descerebradas del Este y las Viejas Menopáusicas del Oeste. Llevaban tanto tiempo peleando entre sí que ya ni recordaban qué había podido originar aquella interminable guerra. Algunos incluso empezaron a cansarse de tanta batalla cruenta y decidieron retirarse a los vastos desiertos meridionales. Hasta allí llegaron habitantes de todos los puntos cardinales e intentaron construir una nueva civilización en la que imperase la paz y la concordia. Estaban gobernados por un rey al que llamaban El Cabezón, que destacaba por su gran sabiduría. Fue precisamente aquí donde nació esa aberración llamada "ser humano", un ser completo al que no le faltaba ningún órgano y que por ello estaba destinado a gobernar sobre todos los demás. Cuando los pueblos del Norte, Sur, Este y Oeste se enteraron de la noticia, decidieron aunar fuerzas para acabar con su existencia. De modo que arremetieron contra el Rey Cabezón y su reinado, que dejó de ser un sitio pacífico alejado de las guerras. Los sabios del lugar, a sabiendas del valor que tenía el ser humano, decidieron meter a varios especímenes en una cápsula espacial y enviarlos lejos, hacia otra galaxia en la que había un pequeño planeta llamado Tierra. La despedida fue de un gran dramatismo, puesto que los humanos no querían marcharse, pero los sabios no dudaron en lanzar la cápsula, puesto que de todos era sabido que en nuestro mundo estaban condenados a la muerte.
Así es como llegaron los primeros humanos a la Tierra, donde desde entonces se han multiplicado hasta convertirse en amos y señores del planeta. Sin embargo, nunca hemos dejado de estar interesados por vuestra evolución como especie, de modo, que os hacemos visitas frecuentes en nuestros platillos. Nos llamais objetos volantes no identificados, pero sabed que no somos extraños. Somos seres pacíficos provenientes de un mundo donde ya hace siglos que las guerras terminaron. Ahora ya son sólo cosa de los terrícolas.
Publicar un comentario